
La vida no tiene que ser perfecta para ser hermosa 🌻
Esta semana en casa ha sido todo un reto… casi como una “Troya” 🐴.
Incontinencia urinaria en pacientes con Alzheimer
Mi hijo comenzó la universidad en modalidad presencial después de dos años estudiando desde casa. Sus horarios, sumados al trabajo de mi hija, nos han obligado a llevar a papi con nosotros en el carro todos los días para que nunca se quede solo (ya no puede quedarse solo).
Este cambio en la rutina ha tenido consecuencias. Papi ha vuelto a tener noches de insomnio, justo después de que habíamos encontrado la “fórmula mágica” para que todos pudiéramos dormir. 😭
Como si fuera poco, esta semana también “explotó” la incontinencia urinaria completa. Antes controlaba bastante bien, con solo pequeños escapes nocturnos, pero ya no. Ahora las noches incluyen múltiples cambios de ropa interior desechable (consejo: nunca le llames ‘pañales’, ellos quieren conservar su dignidad y saben que solo los niños llevan pañales y ellos no son niños), cambio de ropa de cama y luchar para que se vuelva a acostar.
Mi esposo, que tiene el sueño ligero y debe levantarse a las 5:00 a.m., se frustra. Yo también me pongo de mal humor: por él, porque no descansa, y por mí, porque sin haber abierto bien los ojos (y sin café en el sistema ☕) me toca atender a papi.
Al final del día, sigo siendo humana. Imperfecta. 😞
Pero incluso así, la vida sigue siendo hermosa.
Kintsugi: encontrar belleza en la imperfección
Existe un arte japonés llamado kintsugi, que significa “reparación dorada”. Se trata de reparar piezas de cerámica rotas rellenando sus fracturas con oro, plata o platino.
La filosofía detrás de esta técnica es poderosa: las cicatrices forman parte de la historia y aportan belleza en lugar de restarla.
Y así también es la vida.
Los puntos de quiebre en la vida
Todos enfrentamos momentos que nos “rompen”:
- un diagnóstico inesperado,
- la pérdida de un empleo,
- una separación,
- o un cambio de roles, como convertirnos en cuidadores de un ser querido con demencia.
Son puntos de inflexión. No duran mucho en tiempo real, pero cambian nuestra vida para siempre.
Es natural resistirnos al cambio, pero justo en esos momentos debemos aprender a vernos como esa vasija quebrada que ahora brilla con oro en sus grietas.
Preguntarnos:
- ¿Qué puedo aprender de esto?
- ¿Cómo transformo lo negativo en algo positivo?
- ¿Qué puertas debo cerrar y qué nuevas oportunidades puedo abrir?
- ¿Qué debo agradecer?
El valor de lo que se rompe
Nuestras heridas forman parte de nuestra historia. Y como en toda buena novela, los capítulos más difíciles son los que nos transforman.
Es en los momentos bajos donde descubrimos nuestras fortalezas, resiliencia y creatividad. También es ahí donde aprendemos a establecer prioridades y a valorar a las personas que realmente importan.
Cada etapa difícil trae consigo una semilla de esperanza.
Agradecer en medio de la imperfección
Aunque estas semanas han sido agotadoras, me siento agradecida:
👴 Por el honor de cuidar de mi padre, como él cuidó de mí.
👨 Por mi esposo, que sigue siendo amoroso y paciente.
👩👦 Por mis hijos, que ayudan con su abuelo.
🤹 Porque no nos han faltado recursos y porque, cuando papi ya no esté, tendremos la paz de saber que estuvimos ahí para él en su momento de mayor necesidad.
Conclusión
La vida no tiene que ser perfecta para ser hermosa. 🌻
Las imperfecciones, las dificultades y hasta las fracturas se pueden transformar en belleza, resiliencia y amor.